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viernes, 7 de diciembre de 2018

Aerosoles y nebulizadores: riesgos.


Peligros y complicaciones del uso:
Contaminación bacteriana del aparato por limpieza y desinfección deficiente entre dosis administradas. Cuando esta contaminación se produce, aumenta el riesgo de infección, con lo que ello implica en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas.
Los cuidadores y los “espectadores” del tratamiento nebulizado tienen también riesgo de infección, debido a la inhalación de patógenos dispersados por los aerosoles generados por el propio paciente que está recibiendo su tratamiento.
El mal funcionamiento del dispositivo y/o su inadecuado manejo puede resultar en infradosificación o sobredosificación.
Los efectos secundarios pueden ocurrir en cualquier momento durante la nebulización continua, por lo que se requiere una evaluación frecuente de los mismos.

Por lo tanto el tratamiento con aerosolterapia podrá suspenderse en las siguientes circunstancias:
– A juicio del médico prescriptor, cuando el paciente no cumpla los criterios de indicación.
– Por infecciones repetidas atribuibles a deficiente limpieza del aparato, cuando, tras la evaluación del prescriptor, se constate la imposibilidad de solución (pacientes o cuidadores de edad avanzada, gran dependencia, residentes en instituciones cerradas, hábitos higiénicos deficientes...).
– Por rechazo del paciente o comprobación de su ineficacia.
– Por imposibilidad de manejo correcto por parte del paciente o sus cuidadores.
– En caso de incumplimiento manifiesto del tratamiento y ante la inasistencia a las revisiones programadas, la unidad prescriptora podrá proceder a la suspensión del tratamiento y retirada de la financiación del equipo por la empresa suministradora.
– Por cambio de residencia a otra comunidad autónoma por tiempo superior a un año.
– Cuando se produzca el fallecimiento del paciente.

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