Peligros y
complicaciones del uso:
Contaminación
bacteriana del aparato por limpieza y desinfección deficiente entre dosis administradas. Cuando esta contaminación se produce, aumenta el riesgo
de infección, con lo que ello implica en pacientes con enfermedades
respiratorias crónicas.
Los cuidadores y
los “espectadores” del tratamiento nebulizado tienen también riesgo de
infección, debido a la inhalación de patógenos dispersados por los aerosoles
generados por el propio paciente que está recibiendo su tratamiento.
El mal
funcionamiento del dispositivo y/o su inadecuado manejo puede resultar en
infradosificación o sobredosificación.
Los efectos
secundarios pueden ocurrir en cualquier momento durante la nebulización
continua, por lo que se requiere una evaluación frecuente de los mismos.
Por lo tanto el tratamiento
con aerosolterapia podrá suspenderse en las siguientes
circunstancias:
– A juicio del
médico prescriptor, cuando el paciente no cumpla los criterios de
indicación.
– Por infecciones
repetidas atribuibles a deficiente limpieza del aparato, cuando, tras la
evaluación del prescriptor, se constate la imposibilidad de solución (pacientes
o cuidadores de edad avanzada, gran dependencia,
residentes en instituciones cerradas, hábitos higiénicos deficientes...).
– Por rechazo del
paciente o comprobación de su ineficacia.
– Por
imposibilidad de manejo correcto por parte del paciente o sus cuidadores.
– En caso de
incumplimiento manifiesto del tratamiento y ante la inasistencia a las revisiones
programadas, la unidad prescriptora podrá proceder a la
suspensión del tratamiento y retirada de la financiación del equipo por la
empresa suministradora.
– Por cambio de
residencia a otra comunidad autónoma por tiempo superior a un
año.
– Cuando se
produzca el fallecimiento del paciente.