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miércoles, 12 de diciembre de 2018

Oxigenoterapia: riesgos.


Los riesgos de la administración aguda de oxígeno se refieren a los efectos secundarios precoces, como la hipercapnia o las atelectasias por absorción y al daño tisular, como la citotoxicidad pulmonar o la retinopatía de los prematuros.

No se han demostrado riesgos relacionados con la administración crónica de oxígeno en pacientes estables. La oxigenoterapia crónica no incrementa significativamente la PaC02 ni se reconocen lesiones tisulares atribuibles al tratamiento. El riesgo de explosión puede minimizarse con unas precauciones elementales.

El mal funcionamiento de las fuentes de oxígeno pueden condicionar la efectividad del tratamiento, especialmente en el caso del concentrador si no se somete a revisiones periódicas.

Los accesorios utilizados para recibir oxígeno pueden producir irritación local, especialmente si se administran flujos elevados. Pueden producirse fugas en los tubos acodados o con múltiples conexiones. El uso de humidificadores no está justificado en la mayoría de pacientes, siendo además otra fuente de fugas.

El catéter transtraqueal (CTT) es una forma invasiva de administrar oxígeno muy eficaz pero que plantea problemas en el momento de la insercisón (enfisema subcutáneo, hematoma, broncoespasmo), o a largo plazo (tapones de moco alrededor del CTT o las infecciones locales).

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