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martes, 20 de noviembre de 2018

CVP: cuidados de Enfermería

Los cuidados de Enfermería relacionados con los catéteres venosos periféricos los podemos dividir en tres grandes grupos, los cuales son:



Cuidados del punto de inserción 


  • Observar la zona de inserción del catéter una vez al día, mediante la palpación a través de la cura intacta en el caso de apósito de gasa y por inspección directa en el caso de apósito transparente. Cada unidad establecerá el turno de revisión. 
  • Si el paciente presenta sudoración intensa, o se observa sangrado en la zona de inserción utilizar apósitos de gasa en vez de transparentes.
  • No es necesario levantar el apósito de la zona de inserción si el paciente no tiene signos clínicos de infección. Si el paciente tiene sensibilidad local, dolor y/o fiebre no filiada, levantar la cura para ver la zona de inserción.
  •  Cambiar el apósito cuando esté despegado, mojado o sucio. 
  • Aplicar antiséptico, preferiblemente clorhexidina alcohólica al 2% en el punto de inserción cuando se cambie el apósito. 
  • No utilizar antibióticos tópicos o cremas en el lugar de inserción ya que pueden provocar resistencias microbianas e infecciones por hongos. 
  • No mojar ni sumergir la zona de inserción del catéter. El paciente puede ducharse si se toman precauciones, por ejemplo protegiendo la zona con un recubrimiento impermeable.   





Cuidados en el mantenimiento del catéter 


  • Mantener identificado el catéter con la etiqueta de color azul con la leyenda de “intravenosa”. 
  • Evaluar la permeabilidad del catéter cada vez que se acceda al mismo.
  • Inspeccionar regularmente la permeabilidad del catéter periférico y la colocación correcta del mismo, ya que el reconocimiento temprano de la extravasación es fundamental para limitar la cantidad de fluido que se extiende por el tejido subcutáneo y el daño potencial que puede producir en los tejidos.
  • En los catéteres que se utilizan de forma intermitente o vayan a ser utilizados para obtener muestras de sangre lavar la cánula al menos cada 8 horas con suero salino al 0,9%. 
  • Lavar con suero salino al 0,9% la luz del catéter cada vez que se administre una medicación o se suspenda (excepto con fármacos vasoactivos). 
  • Minimizar el riesgo de contaminación mediante la limpieza de los conectores con solución antiséptica (clorhexidina alcohólica al 2%, povidona yodada al 10% o alcohol de 70%) antes de acceder al sistema y hacerlo solo con dispositivos estériles. 
  • Cuando se conecta una alargadera intercalada entre el catéter y el sistema de infusión, la alargadera se considera como parte del catéter para facilitar el cambio aséptico del sistema.



Cuidados relacionados con los sistemas de infusión


  • Cambiar los sistemas de infusión continua no antes de las 96 horas y cada 7 días cuando se utilice el conector Clave®, excepto cuando se administren emulsiones grasas o hemoderivados que deben cambiarse cada 24 horas. Los sistemas con perfusiones de propofol se cambiaran cada 6-12 horas y cuando se cambie el vial.
Retirada del catéter 
  • No es necesario cambiar el catéter con una frecuencia establecida, cambiarlo cuando esté clínicamente indicado.
  • Retirar los catéteres venosos periféricos si los pacientes desarrollan signos de flebitis (calor, sensibilidad, eritema o cordón venoso palpable), infección y cuando se detecte mal funcionamiento del catéter. 
  • Se deben detener las infusiones siempre que el paciente se queje de dolor, ardor o escozor en el punto de inserción, en la punta del catéter o en la trayectoria de la vena y valorar la posible intervención. 
  • Retirar el catéter intravascular en cuanto no sea necesario.
  • En la retirada del catéter asegurar una correcta compresión de la zona de punción para evitar la formación de hematomas.


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