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martes, 27 de noviembre de 2018

Sondaje vesical: riesgos

Entre las complicaciones que se pueden presentar podemos mencionar: Falsa vía, estrechamiento de la uretra, hematuria, infección urinaria, arrancamiento accidental de la sonda o si el globo del catéter no se infla.

Falsa vía

Se presenta rotura de la uretra y la creación de una nueva vía, distinta a la anatómica que termina en el extremo del ciego. Se manifiesta por imposibilidad de realizar el cateterismo, llegando el extremo del catéter a un tope, provocando dolor considerable con uretrorragia dando como consecuencia hemorragia e infección.

Infección urinaria

El problema más común asociado al uso de esta técnica son las infecciones del tracto urinario, siendo una de las infecciones nosocomiales más comunes, representando entre el 20 y el 40% del total de las infecciones adquiridas durante el ingreso hospitalario. La infección es introducida normalmente por factores externos, pero también existen factores intrínsecos propios del paciente, como la edad avanzada, diabetes, malformaciones o insuficiencia renal entre otros.

Arrancamiento accidental de la sonda

En los catéteres con balón inflado se puede ocasionar una dislaseración en el cuello cervical y ocasionar lesiones uretrales por sobredistensión. La manifestación clínica es la hemorragia. Puede ocasionar a largo plazo una esclerosis cervical o una estenosis uretral. Una de las soluciones que se utilizan con mayor frecuencia es la recolocación de una sonda de capacidad para inflar el globo con 20 a 30 ml de agua inyectable, de tal manera que el globo comprime y produce hemostasia, y puede además, ayudar al tratamiento para instalar una irrigación vesical continua.

El globo de la sonda no se infla
Sucede con frecuencia por mal funcionamiento de la válvula, o porque el canal del inflado se encuentra colapsado o por incrustaciones litiásicas en el extremo distal del catéter.
Nunca se debe intentar retirar por la fuerza la sonda con el globo sin desinflar, más bien intentar las siguientes medidas:

  • Cortar la válvula de la sonda.
  • Cortar el catéter a nivel de la obstrucción de la válvula (si la obstrucción es posterior al nivel del corte se soluciona el problema). Se debe dejar un extremo del catéter de 5 a 10 cm de salida del meato para facilitar maniobras posteriores.
  • Pasar una guía metálica por el canal del inflado para intentar quitar la obstrucción.
  • Si aún no se logra solucionar el problema, el urólogo realizará las siguientes maniobras: inyectar por el sistema de inflado aceite mineral o éter etílico, éste se debe administrar cuidadosamente, pues puede ocasionar una cistitis química e incluso una perforación vesical y posteriormente irrigaciones vesicales.
  • Puncionar el globo por vía suprapúbica, transrectal o transvaginal utilizando control ecográfico.
  • Lograr sobredistender el globo inyectando solución inyectable para hacerlo estallar adentro de la vejiga. Se debe asegurar que no existan fragmentos del globo en la vejiga, ya que puede ocasionar la presencia de litiasis.
Otras complicaciones pueden ser: alergia o sensibilidad al látex y cálculos vesicales. Por último, en sondas permanentes de uso prolongado puede ocurrir daño renal y cáncer vesical.

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