El paciente traqueostomizado tiene riesgo de sufrir una posible infección debido a su
comunicación directa entre el medio ambiente y el árbol bronquial. Por lo que se debe lograr
la permeabilización de su vía aérea mediante la aspiración de secreciones. Se administra
oxígeno y se mantiene un ambiente húmedo que favorezca la fluidificación de estas para
poder evitar su acumulación.
Además se realizará fisioterapia respiratoria para ayudar al paciente a movilizar las
secreciones para facilitar su eliminación, como por ejemplo, el drenaje postural, tos asistida,
espirometría, etc. y, por otro lado, se realizarán terapias de fortalecimiento de la musculatura
deglutoria para evitar posibles trastornos comunes en este tipo de paciente. Se proporcionará ventilación asistida mediante el BiPAP (generador de flujo con presión
binivelada) para reducir su esfuerzo ventilatorio y mejorar su descanso en caso de que
presente dificultad para respirar durante la noche.
Debemos evitar que el tubo de de traqueostomía salga al exterior y desinfectar el estoma cada
8-12h, o como mínimo a diario con solución antiséptica.
Una vez cicatrizado el tejido de ostomía, la cánula se cambiará cada 2-4 días utilizando una
técnica antiséptica estricta.
La zona se debe mantener sin traumatismos, infecciones y secreciones.
Antes de las primeras 36 horas después de la intervención, no se puede retirar la cánula
porque el estoma podría colapsarse, lo que supondría una complicación en la reintubación y
hemorragias debido a sensibilidad de la zona.
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